Los implantes cerámicos que no contienen ningún componente metálico también se conocen como bioimplantes. Para este tipo de implantes se suele utilizar óxido de circonio. Gracias a su biocompatibilidad, no sólo es suave para el organismo, sino que los iones metálicos no interaccionan con otros metales de la cavidad bucal ni con el propio organismo. Esto también las hace ideales para cualquier persona alérgica a los metales o con tendencia a las intolerancias. Sin embargo, los implantes totalmente cerámicos también son una opción estéticamente agradable: la forma y el color de los implantes cerámicos pueden adaptarse individualmente a la boca y los dientes del paciente. Por eso son la opción de implante preferida por muchos dentistas y pacientes, sobre todo en la región anterior. Aunque las encías se retraigan con el tiempo, no hay un margen antiestético entre el implante y el diente artificial.

Otra ventaja de los implantes totalmente cerámicos: La adhesión de la placa dental y las bacterias es menor aquí que con la mayoría de las alternativas. Esto también reduce significativamente el riesgo de inflamación de las encías y de periimplantitis, es decir, inflamación alrededor del implante.