Estética - Carillas

Carillas: carillas finísimas para una sonrisa radiante

Para muchas personas, una sonrisa radiante con dientes blancos y uniformes es el epítome de la belleza y la salud. Sin embargo, a veces la decoloración o pequeñas irregularidades desvirtúan el aspecto deseado del diente. Las carillas -carillas finísimas- te ofrecen la oportunidad de ayudar un poco y acercarte a la sonrisa perfecta.

¿Para quién son adecuadas las carillas?

Eliminar la decoloración o hacer que los dientes torcidos parezcan más rectos

Las carillas son especialmente útiles en la región anterior. En este caso, las carillas ayudan a eliminar la decoloración o hacen que los dientes torcidos parezcan más rectos. Las personas con defectos congénitos o adquiridos del esmalte (a menudo reconocibles como manchas blancas) también se benefician de las carillas. Se pueden corregir pequeñas desalineaciones de los dientes frontales, así como pequeños espacios o zonas astilladas en los incisivos o caninos.

¿Qué puedes esperar de un dentista biosaludable?

Las carillas son carillas. Se fijan a los dientes reales con un adhesivo especial. Para ello, el dentista tiene que tallarlas un poco antes.

Si optas por las carillas convencionales, sólo se elimina una capa muy fina de tu propio diente: basta con unos 0,3 a 1 mm. La carilla convencional se adapta a tu situación dental en el laboratorio dental. De este modo, después tendrá exactamente el mismo color que los dientes restantes o vecinos. Una vez terminado el armazón, el dentista utiliza un adhesivo especial para fijarlo al diente. Este proceso de adhesión dura unos 20 minutos por diente. Una chapa convencional tiene una vida media de cinco a diez años. Luego se sustituye por una nueva carilla en el dentista.

Además de las carillas convencionales, también existen las llamadas carillas sin preparación. Tienen una vida útil mucho más corta, pero pueden fijarse a los dientes sin tallado previo, ya que sólo tienen 0,2 mm de grosor. Aunque esta variante no dura tanto como la convencional, sigue siendo más suave para el diente. Como la sustancia dental se conserva por completo, no hay riesgo de dañar los nervios.